Jamás Aceptes el Fracaso
Jamás Aceptes el Fracaso
Vives en un mundo competitivo. Si posees la suficiente determinación, la competencia no te agobiará, sino que te volverá más fuerte. Cada día y en cualquier circunstancia, debes realizar tu máximo esfuerzo: así es como alcanzarás el éxito. Pero la mayoría de las personas no ponen el suficiente empeño; o bien piensan constantemente que todo le es adverso, es decir, que siempre tienen mala suerte. ¿Por qué las cosas no habrían de andar mal? Tales personas nunca dedican el tiempo suficiente para cultivar las semillas del éxito que se encuentran en sus mentes, debido a que se hayan demasiado ocupadas en cosas inútiles.
Quizá creas que ni siquiera hay semillas de éxito en ti, pero si las tienes. Puedes triunfar; puedes hacerlo. Pero si piensas que estás acabado, en ese mismo instante momento se cumplirá tu resolución, pues así has emitido el decreto de tu propio fracaso. Pero si tu ánimo se mantiene positivo y piensas: “Claro que sí, voy a triunfar”, y perseveras en el intento, tendrás éxito.
No te obsesiones con los errores del pasado. Quienes ceden a la obcecación repiten una y otra vez que todo lo que tocan acaba en fracaso. ¿Por qué fracasan? Porque sus mentes están convencidas de que fracasarán. Más de una vez me he quedado sin un centavo mientras trataba de mantener esta obra, pero siempre he vuelto a obtener los recursos necesarios para seguir adelante. Esto requiere de valentía, porque la mente dirá: “Después de tantos años, estás nuevamente donde comenzaste”. Pero yo le digo a mi mente: “Cállate; te haré trabajar. Veremos quién manda aquí”. Tienes que trabajar; tienes que esforzarte para alcanzar tus logros. Dada fracaso te brinda el privilegio de aprender algo nuevo, de que comprendas cómo evitar aquello que hiciste mal anteriormente. Sólo cuando tu mente se debilita, el cuerpo se vuelve endeble y rehúsas continuar esforzándote; en ese momento, estás acabado, muerto. Por lo tanto, nunca desistas.
La vida es un gran juego; haz el esfuerzo para vencer. En este mundo hay miles de personas que sufren: algunas incluso carecen de manos, o no tienen pies para caminar. ¿Cómo puedes tú, qué cuentas con todas tus facultades, admitir el fracaso? No debes hacerlo. Cuando retrocedes esa manera, tu perspectiva mental es tan sombría que piensas que todo el mundo está retrocediendo. Pero siempre avanzarás si te hayas comprometido en lograr algo. Desarrolla el poder de tu mente y deja que el mundo entero se ponga a tu disposición.
BUSCA LA GUÍA DE DIOS
Organiza tu vida. No malgastes el tiempo. Si ocupas todo tu tiempo en relaciones sociales, no llegarás a nada. Sé tú mismo. Aléjate de la gente y profundiza en su interior. Pregúntate: “¿Cómo triunfaré?”. Si deseas llevar algo a cabo, no importa qué sea, reflexiona primero al respecto hasta que te pierdas en esa idea. Piensa, piensa, piensa y haz planes. Luego, concédete cierto tiempo; no emprendas la acción de inmediato. Da un paso y piensa de nuevo en ello. Algo dentro de ti te dirá qué hacer. Hazlo y piensa un poco más. Entonces recibirás una nueva orientación.
Si aprendes a profundizar en tu interior, conectarás tu conciencia con la supraconciencia del alma, de manera que —con infinita fuerza de voluntad, paciencia e intuición— podrás hacer crecer las semillas de esos pensamientos de éxito.
Mientras tratas de materializar lo que tienes en mente, pídele siempre al Padre que te guíe. Si tu ego está obcecado y posee una fuerte voz, puede anular la intuición y confundirte. Pero si sólo buscas complacer a Dios mediante tus esfuerzos por hacer algo provechoso, Él conducirá tus pasos alejándote del error y guiándote hacia el bien. La forma correcta de trabajar en pos del éxito es tratar de complacer a Dios, esforzarse al máximo y, luego no preocuparse al respecto.
En este mundo, tienes que representar tu papel en la obra teatral de Dios; pero si te pierdes en esta obra, convertirás tu vida en un embrollo. Te darás cuenta demasiado tarde de que has desperdiciado tu tiempo. ¿Por qué no diriges el timón de tu vida en lugar de permitir que ésta te atropelle?
Paramahansa Yogananda
Fragmento de una Charla en la Sede Internacional de Self-Realization Fellowship, Los Ángeles (California), 12 de octubre de 1939.
Tomado del Libro: El Amante Cósmico